No se si alguna vez conté que hace tiempo le dije a varios de los que intentaban aprender de mi, que había que revaluarse así mismo. Traté de inculcarles la gran incógnita, traté de hacer que ellos entendieran que había que buscarle sentido a la existencia.
Hoy conocí el curiosos caso de un ser llamado Benjamín Button y sentí la vida en viceversa, los contrarios de la mano llevándolo a uno por el mundo. Y ¿qué hay de uno cuando sabe, o piensa, que ir en otra dirección no te une a nadie?
A mis pupilos les decía que había que preguntarse ¿Qué gracia les permitía estar vivos a ellos y a otros no? ¿Qué los hacía especiales para que no estuvieran muertos? ¿Qué ha hecho uno por el mundo para estar aquí y no un gran inventor, científico o lo que sea que aporte cosas más significativas a él?
Después de ver a Benjamín no entiendo la doble vida, o si es realmente importante que ambas se conjuguen, o de pronto no y cada una juega por su lado y uno simplemente lleva dos partidos al mismo tiempo sin darnos cuenta.
Preocuparme por las huellas o el nombre en el altar y vencer al tiempo a través del recuerdo; o tal vez vivir nuestra propia experiencia personal y aportar el conocimiento a mi alma para alimentar un gran proceso cósmico.
¿Qué razón hay en aportar al conocimiento a la civilización, al Mundo, físico, visible, racional y consciente cuando todo perecerá? ¿Cuál es nuestra intimidad con él? Si en algún momento se enfriará y el tiempo que sea le seguirá el sol (serán millones de años pero el tiempo pasa y es definitivo) ¿Y lo trabajado qué? Como todo lo racional, físico, visible y consciente desparecerá porque ese era su ciclo.
Es mi inconciente, mi parte irracional y mística, los sueños, pensamientos y sensaciones extra sensoriales, si esto se puede decir, lo que me lleva a creer en lo invisible y lo inmaterial, y es en lo único que le encuentro sentido al mundo, una pista de aprendizaje a donde se llega a encontrarse quien sabe con qué cosas, que te llevarán nadie sabe a que estado, supongo que para crecer de algún modo ¿Y después? Lo desconocido, pero eso no lo se, ahora estoy en el mundo y tengo la doble vida por delante y haciendo lo posible por jugar el mejor partido en las dos.
El equilibrio es el camino a lo integral,
desde él puedes mirar a los dos lados,
e inclinarte suavemente hacia ambos y volver al centro,
sabiéndote dueño de ti mismo,
y enriquecido por el placer de los balanceos.
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